De porque no me gusta Café Tacuba

2do año de secundaria pudo haber sido un año tranquilo, salvo por un pequeño detalle que me hizo cambiar por completo la forma en que veía ciertas cosas.
Como ya lo dije, yo era un enamoradizo tímido, y creo que esos son los peores, porque da uno cada metida de patas que ni para que contar.
Al principio de segundo año (agosto de 2001) todo era tranquilo. No era de los mas grandes de la escuela, pero tampoco era de los mas chicos. Digamos que el punto era intermedio.
Freyda, a quien mencioné en el post pasado, tenia una hermana de mi edad que iba en la misma escuela, pero durante primer año fue en el turno vespertino. A pesar de que Freyda platicaba mucho de ella, nunca la conocí.
Pero en segundo año ella se cambió de turno para en la mañana. Yo no la conocía, pero como a las dos semanas de haber comenzado el ciclo, nos encontramos por casualidad y salió la platica de que ella era la hermana de Freyda. Su nombre era Enereida. Digo su nombre real porque ya pasó mucho tiempo y la verdad ya no me importa, solo estoy recordándolo. Además, si algún día ella llega a leer esto, no me avergonzaria, porque creo que extraje una lección muy buena de lo que pasó.
Enereida y yo nos empezamos a llevar muy bien. Todas las tardes a la salida de la escuela nos íbamos caminando juntos, nos juntábamos a comer durante el receso y si había hora libre nos juntábamos a platicar. Se juntaba con alguien, aunque la verdad no me acuerdo con quien. Ella estaba en otro salón. Eramos buenos amigos. Ya no recuerdo exactamente por que mes fue, pero un día no fue a la escuela. Cosa rara porque ella nunca faltaba. Pasaron dos días y no fue. Así que le hablé por teléfono. Estaba enferma, creo que de varicela. El asunto es que estuvo como dos semanas sin ir a la escuela.
Al principio todo bien, pero a conforme pasaron los días, me empecé a sentir intranquilo. Caminaba solo de vuelta a mi casa, comía solo en los recesos, y me dí cuenta que la extrañaba. Ya saben como es esa sensación.
Un día regresó a la escuela, y no comimos juntos. A la salida me esperó, y nos fuimos caminando juntos como de costumbre. Íbamos platicando de que se le había acumulado mucha tarea por las dos semanas que no fue. Así que me ofrecí a ayudarle con algo. Nos detuvimos justo donde yo me separaba para irme a mi casa. Platicamos un rato mas y me dio su libreta de matemáticas. Y justo allí pasó. Le dije que me gustaba. Lo que nunca se me va a olvidar es esa cara que puso de no saber que decir, mezclado con algo de desilusión y tal vez hasta molestia. En ese momento solo me dijo adiós, y se fue.
Yo me fui a mi casa pensando que necesitaba asimilarlo, y que luego platicaríamos. Ahora entiendo que ese tipo de cosas no pasan a los 13 años, simple y sencillamente porque ninguno es un adulto como para sentarse a dialogar y buscar un punto en común. En ese momento uno solo piensa con las hormonas mas que con el cerebro.
Al otro día la estuve buscando para darle su libreta (con la tarea hecha, claro está) pero me esquivó todo el día. Así que tuve que ir a su salón cuando estaba en clase de geografía con Escamilla, y solo se levantó, tomó su libreta, dijo gracias y se regresó a su lugar. Allí supe que algo estaba mal. Pasó mas de un año para que pudiéramos platicar 5 minutos y aclarar las cosas.
Ese episodio marcó muchas cosas de ese año. Conocí gente nueva. Me ayudó a pensar las cosas antes de hablar. Creo que me ayudó a madurar un poco.
Una vez estaba viendo atrapados por la noche (que era un programa de televisión local, donde daban reportajes de los últimos eventos que había habido en la ciudad) cuando entrevistaron a alguien que se me hizo conocida. Yo estaba seguro que estaba en mi escuela. Esa semana me la encontré haciendo fila en la tiendita en el receso y nos pusimos a platicar. Era Denisse. Esa Denisse estaba loca jajaja pero era muy curada.
Otro día que estábamos platicando me presentó a sus amigas. Una de ellas tenia unos ojos color gris muy llamativos, chaparrita, güerilla, dijo que era de Venezuela y que desde niña vivía en Tijuana. Se llamaba Ericka. Nunca volvimos a platicar, solo nos saludamos si nos topábamos de frente, pero con Denisse me seguí llevando muy bien. Hasta tiempo después de la secundaria. Solo que los dos nos cambiamos de casa, y le perdí la pista desde hace como 3 años.
En ese año, mi amistad con Nadia también se fue haciendo mas grande, y con David también.
Por esas fechas salió la canción Eres de Café Tacuba, y recuerdo que era un martirio para mi escucharla. No por chafa, realmente la canción es muy buena. Pero escuchar esa canción, y peor, ver el vídeo, me recordaba lo que había pasado con Enereida. Dejo el vídeo por si alguien lo quiere ver.

Creo que una vez lloré recordando lo que había pasado. Y después de eso lo superé.
Pensé que al fin y al cabo tenia 13 años y era una tontería estar sufriendo por eso. Habiendo cosas mas importantes. Así que me empecé a hacer el fuerte. Hice como que no me importaba. Me empecé a portar indiferente. Y eso me ayudó.
Ese año entró a trabajar como bibliotecario a la escuela Javier. Quien después seria otro buen amigo mio. Pero ya platicaré mas de él en un post posterior.
Al final del segundo año, en junio del 2002, hubo de nuevo un viaje a Six Flags y volví a ir. Esa vez jugando me gané un mono de Peluche vestido de bombero, muy parecido al Winnie Pooh. Terminé regalándoselo a mi sobrina.
También en ese año y para no perder la costumbre, fui a un concurso de matemáticas. En este concurso no tengo ni la menor idea de en que lugar quedé, pero recuerdo que hubo carne asada jeje.
También en junio del 2002, el 29, me bauticé como testigo de Jehová, que hasta la fecha a sido la mejor decisión de mi vida.
Ese fue mi tercer año en Tijuana. Ahh que año. Pero bueno, tanto recuerdo ya me provocó hambre, así que tengo que ir a ingerir mis sagrados alimentos.

P.D. Estoy buscando fotos de esos años para escanearlas y subirlas al post al que pertenecen, para que los recuerdos también tengan recorrido visual.